Julio 2024
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La historia de los refranes: "Andá a cantarle a Gardel"

Como tantas otras frases populares, esta surge como una variante suavizada de “Andá a contarle a Magoya”, pero… ¿quién conoce a Magoya? ¿Y quién no sabe quién es Gardel?… El Troesma, el Mudo, el Zorzal Criollo, el Morocho del Abasto…

“Sos Gardel” es el elogio máximo que se le puede decir a alguien, aunque en las últimas décadas se potenció: “Sos Gardel con guitarra eléctrica”, suele decirse… ¡Es que es así! Con que te digan nomás “Sos Gardel”, ya suena a que sos Dios, se te infla el pecho, ni te acordás de Le Pera…

Pero ojo cuando te digan “Andá a cantarle a Gardel”, eso siempre será en un tono cuanto menos despectivo, te están diciendo que no te la creas, te quieren sacar de encima para que dejes de molestar como mosquito… ¡Por eso el dicho suena como un palmetazo!…

Cuentan que cada 24 de junio, día en que se conmemora el accidente fatal de Gardel en 1935, se hacían reuniones multitudinarias en el cementerio. Los admiradores se subían de a uno al mausoleo y lo “homenajeaban” al cantor entonando algunos de sus temas… Y no siempre se trataba de la mejor interpretación… ¡Y claro! Más bien se trataba de imitadores entusiastas pero malos, muy lejos del arte del homenajeado…

Allí brotó este dicho popular; a ese “discutible homenaje de mausoleo” se los manda a los indeseables con la orden “Andá a cantarle a Gardel”… ¡Imposible competir con un muerto que cada día canta mejor!…

“¡Dejate de hinchar!” “¡No me jodas más!” “¡Tomatelas de acá!”… Todo eso significa “Andá a cantarle a Gardel”, orden terminante si las hay… Y también implica un reto: porque es prácticamente imposible que alguien se arriesgue a cantarle a Gardel, que es el sumun del canto… Sería un atrevimiento digno de mandar al diablo a quien lo hace.

 

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