Losetas para senderos y ecoladrillos para recuperar escombros en la economía circular
El sistema de economía circular se fortalece cada vez más gracias al trabajo conjunto de la Municipalidad de Córdoba y una extensa red de emprendedores de la ciudad, creando así una sinergia generadora de acciones y proyectos para valorizar por primera vez fracciones de residuos que antes se eran desechados como basura.
Tal es el caso de los escombros, restos de obras y demolición que llegan hasta el Centro de Transferencia o la escombrera municipal para convertirse en “materia prima” con la que trabajan emprendedores apoyados por el municipio para la creación de nuevos productos de la economía circular.
Un ejemplo de ello es el material de compactación 0.20 reciclado que, tras ser procesado por un privado, es utilizado por la Dirección de Higiene Urbana utiliza para compactación de calles de tierra.
También se suman los proyectos de los emprendimientos Circulando y Hedro, ganadores del concurso “Córdoba Circular”, organizado por el Ente Córdoba Obras y Servicios (COyS) y el Laboratorio de Innovación Pública y Social de Córdoba (CORLAB).
Las acciones privadas exploran en paralelo distintos artículos donde el apoyo público resulta esencial para el financiamiento y la creación de mercados. Son aspectos claves para alcanzar la producción en masa, crecer en rentabilidad y también gestionar una mayor cantidad de materias primas.
Todas son experiencias innovadoras que plantean recuperar por primera vez escombros, recursos que antes sólo tenían como destino el enterramiento de Piedras Blancas.
Los trabajos se suman a otras tareas impulsadas por el Municipio para darle valor y tratamiento a neumáticos fuera de uso, pilas y baterías, chatarra, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, restos verdes, junto al consolidado trabajo desarrollado con la fracción seca.
0.20 reciclado
Actualmente está en desarrollo un material de compactación 0.20 reciclado para la reparación de calles de tierra.
La Escombrera Municipal, a cargo de la Dirección de Higiene Urbana, dependiente de la Secretaría de Gestión Ambiental y Sostenibilidad, proporciona una fracción de escombros, mayormente restos de carpetas de hormigón de pavimentos, que son trituradas para generar un nuevo material granulado.
El 0.20 resultante es utilizado para darle mayor estructura a las calles de tierra y resistir mejor las lluvias. Como beneficio adicional el producto disminuye el consumo de áridos naturales.
Actualmente se desarrolla una prueba piloto en las vías de circulación internas de esa repartición municipal ubicada al sureste de la ciudad, en sectores del predio de enterramiento en Piedras Blancas y en el Punto de Acopio de Residuos del Eco Parque de barrio Campo de la Ribera.
Mediante estás acciones ya se recuperaron 550 toneladas de escombros con el 0.20 reciclado y ya están clasificadas otras 3.000 toneladas para el mismo tratamiento.
Senderos para parques
Soledad Merlo y Yasmín Bianchi son las creadoras detrás de Circulando, una loseta experimental de hormigón reciclado a partir de escombros, que a futuro se utilizará en senderos de parques y plazas públicas.
El proceso comienza con el retiro del material del Centro de Transferencia de Residuos (CTR), a cargo del COyS, que luego se tritura para reducir su tamaño, apartando primero todos los metales duros como el acero. El paso siguiente es trabajar esa “molienda” en el laboratorio de Tejamax para realizar un pastón de prueba.
Hoy ya disponen de algunas losetas de ensayo que incorporan un 57% de escombros en la mezcla final.
“En este momento se está investigando las propiedades del escombro y los primeros resultados de resistencia son mucho mejores de los esperados”, valora la ingeniera Soledad Merlo mientras espera segura el ensayo de desgaste y abrasión.
La loseta o adoquín es hexagonal y pesa alrededor de 2,9 kilos cada una. Hasta el momento se retiraron 40 toneladas de escombros para fabricar 200 m² de senderos que enlazados forman una estructura similar a un panal de abejas.
“Ambas estamos muy familiarizadas con los residuos sólidos, el cuidado del agua, del medio ambiente y los escombros es parte de nuestro día a día, es lo que más sabemos manejar y los vemos cómo materia prima”, expresa Soledad.
Ecoladrillos
Otra iniciativa en prueba es Hedro, un ladrillo reciclado que incorpora un “eco árido” derivado del procesamiento de restos de obra y demolición. La idea de las arquitectas Luciana Di Pauli y Laila Fleker es que este material pueda tener múltiples usos, entre ellos, la decoración de interiores y exteriores.
Parte de la materia prima la retiran del CTR y también de la Escombrera Municipal, ubicada al sur de la ciudad y a cargo de la Dirección de Higiene Urbana.
Este último espacio aporta la mayoría de los escombros procesados y que reemplazan el árido tradicional en la mezcla final. Las pruebas de laboratorio son prometedoras, logrando un 70 % de escombros reciclados en el ladrillo.
Además de recuperar residuos el proyecto busca mitigar el extractivismo de piedras y arena. “Queremos reducir la presión que ejercemos al ambiente por nuestro consumo y formas de producir arquitectura. Se puede construir en armonía con el entorno”, fundamenta Luciana.
Hedro es un ladrillo decorativo que también puede usarse para dividir ambientes interiores. Se presenta como desarrollo versátil, adaptable a las medidas estándar de los bloques cementicios comunes.
Tienen pensado recolectar 60 toneladas de escombros con la intención de fabricar unos 12.000 ladrillos para distintos productos.
“Desde la construcción se genera un enorme volumen de escombros que no son reutilizados. Y nosotras los vamos a reinsertar a la arquitectura con un objeto de diseño y pensando en el desarrollo sostenible”, afirma Laila.