Mas de 20 mil hinchas cordobeses fueron testigos de un partido histórico para la institución de Barrio Jardín. En la ciudad de Rosario, en el Coloso Marcelo Bielsa más precisamente, Talleres venció por 1 a 0 a Banfield, y por segundo año consecutivo jugará la final de la Copa Argentina, que además de otorgar un título oficial, como yapa, tiene el premio de clasificar a la Copa Libertadores.

Fue un partido durísimo, disputado e incómodo, sobre todo en la primera mitad, en donde el Taladro fue mucho más intenso, y llegó en un par de ocasiones con muchísimo peligro, que de no ser por la mala puntería de sus delanteros, tendría que haberse puesto arriba en el marcador.

Pero su momento pasó, y con la lesión de Bertolo, que hasta ese momento era quién manejaba los hilos del partido, optó por replegarse, pararse de contra y ver lo que hacía Talleres.

Y de tanto ir, de tanto buscarlo, y en una jugada con mucha fortuna, Maciel, ex jugador de la T, pifió un despeje sobre la derecha del ataque albiazul, Michael Santos pescó el regalo, y defino cruzado para poner lo que a la postre sería el resultado final del partido.

Los 15 minutos que siguieron fueron de pura adrenalina, y ambos equipos tuvieron oportunidades tanto para empatarlo como para aumentar las cifras, pero lo cierto es que el resultado no se modificó, y ese gol de Santos fue la diferencia que llevó al conjunto cordobés a jugar la Copa Argentina.

Mérito de Gandolfi, que acomodó al equipo desde la partida de Pedro Caixinha y mérito de los jugadores que supieron revertir el bajón futbolístico.

El domingo desde las 20.30, disputará la final con Patronato, que sorpresivamente eliminó a Boca por penales, en la ciudad de Mendoza.