Una de las visitas obligadas si nuestro destino es Misiones, es sin dudas las Ruinas de San Ignacio, patrimonio histórico de nuestros ante pasados.

En este lugar se puede apreciar la arquitectura jesuítica, que desde la década del 40 se decidió preservar, y que va siendo objeto de exhaustivos análisis permanentes para preservar su estado actual, para el deleite de los miles de visitantes que se llegan hasta San Ignacio.

327 años de historia se encuentran impregnados en sus paredes, y con la intervención de los guías, podemos conocer de primera mano, como se desarrollaron los acontecimientos en este lugar, con la llegada de los jesuitas y su interacción con los guaraníes originarios. 

 El lugar albergaba, en su momento de esplendor, 4500 guaraníes aproximadamente, y en su interior no sólo estaban los hogares en donde pernoctaban, sino talleres en donde aprendían distintos oficios, un cabildo en donde se hacían reuniones con fines políticos, y por supuesto, la iglesia, el lugar mas importante dentro del complejo, y por el cuál es tan conocido este lugar, con lo que quedó del gran portal de bienvenida que tenía. 

Hoy por hoy, arquitectos, historiadores, arqueólogos se encargan del mantenimiento de esta magnífica obra, con el excelente trabajo que hacen los guías, que no sólo te cuentan las historia del lugar, en grupos de hasta 30 turistas, sino que al hacer ésta tarea, también ofician de celadores del lugar, para evitar que algún desaprensivo intente destruir sus instalaciones.

Ya sabes, si vas de paso hacia Cataratas del Iguazú, y te ofrecen conocer Ruinas de San Ignacio, no pierdas la oportunidad de conocer y maravillarte con esta impresionante obra arquitectónica, que se mantiene inerte al paso del tiempo y que guarda en sus rojas paredes, secretos y vivencias del encuentro de los guaraníes con los españoles.