El historiador Prudencio Bustos Argañarás presenta su nuevo libro Historia de las aguas de Córdoba.
El evento tendrá lugar este miércoles 4 de diciembre a las 19 h en el Buen Pastor.

Bustos Argañarás nos invita esta vez a recorrer la historia de las aguas de la ciudad, desde su nacimiento hasta nuestros días.Con su estilo preciso y elocuente, y avalado por su ya conocido rigor académico, nos cuenta las mutaciones temperamentales del Suquía y de la Cañada, que sometían alternativamente a nuestros antepasados a la angustia de las sequías y a la tragedia de las inundaciones. Relata las obras realizadas para controlar estas y prevenir aquellas, la construcción de puentes para atravesarlos, de canales de riego para mejorar el ecosistema y las medidas para evitar su degradación.

Nos describe los empeños por organizar la distribución del agua y facilitar su acceso a los vecinos, lo que daría lugar a que, a fines del siglo XVIII, Córdoba tuviera el primer sistema subterráneo de agua corriente de Hispanoamérica. Y nos habla también del afán casi obsesivo del Fundador Cabrera por trascender la mediterraneidad de la ciudad, dotándola de puertos sobre el río Paraná, que se mantuvo presente a lo largo de las generaciones y terminó por gestar la idea de construir un canal navegable con salida al mar.

La lectura del libro pone en evidencia la tenacidad y el talento de los cordobeses para vencer los obstáculos naturales y lograr su aprovechamiento. Siendo la provincia más pobre en aguas corrientes superficiales –ríos y arroyos–, fue pionera en la realización de obras de ingeniería, como la construcción de grandes murallas de calicanto para contener los desbordes de la Cañada y del primer dique de Sudamérica, en su momento el más grande del mundo.

No logró hacer realidad el canal para acceder al océano. El centralismo portuario le puso toda clase de obstáculos, temeroso de la advertencia del Dr. David Peña: “Dadle a Córdoba un ancho brazo de agua que la comunique con el mar y ese día priváis a Buenos Aires de todo privilegio, porque Córdoba estaría llamada a suplantarla, hasta por haberla dotado la naturaleza de mejor clima y hermosura. Por su posición, pues, por ser fábrica de ideas, por su origen, la política argentina de todos los momentos ha considerado a Córdoba un gran factor”.

Con firmeza y perseverancia, haremos también realidad esa asignatura pendiente, como lo vaticinóel ingeniero Carlos Casaffousth, el constructor del dique San Roque, al afirmar que “Vuelcos políticos impidieron que con tal obra se pusiese a Córdoba al frente de las provincias argentinas, compitiendo con las naciones más adelantadas del mundo por sus instrumentos de progreso. Pero la semilla ha sido lanzada en terreno propicio y germinará. Pese a quien pese se llevará a cabo. Hay seguramente fuerzas de orden superior que hagan progresar este pueblo, a pesar de sus enemigos embozados. Está en su destino. No hay más que conformarse”.