De cárcel a paseo cultural: El Buen Pastor celebra sus 15 años
El Paseo del Buen Pastor, festivo punto de encuentro celebra 15 años en el corazón de Nueva Córdoba, no sólo ayudó a la transformación edilicia de la zona; fundamentalmente cambió el espíritu de un espacio que a lo largo de dos siglos pasó de taller de niñas huérfanas, a cárcel de mujeres y, en la etapa más dolorosa de que se tenga memoria, centro clandestino de detención.
El multiespacio recreativo, cultural y turístico del que los cordobeses se apropiaron a poco de su inauguración, incluye galería de arte, fotogalería, capilla, espacios verdes, fuente de aguas danzantes, bares y restaurantes.
“Zona imperdible la ciudad, para perderse caminando por los alrededores. Buena gastronomía, ambiente joven”, señala el comentario más destacado de TripAdvisor, el sitio web que proporciona reseñas de contenido relacionado con viajes.
La cercanía de la Iglesia de los Capuchinos, elegida como la primera maravilla artificial de la ciudad, y su majestuoso edificio de reminiscencias góticas completa un paisaje urbano excepcional que a diario se puebla de vecinos ya acostumbrados a darse cita en Hipólito Yrigoyen 325.
Nada del actual esplendor urbano evoca el oscuro pasado que se desarrolló en un lugar donde ahora los jóvenes se juntan a tomar mate, a intercambiar apuntes o a escuchar música.
El 24 de mayo de 1975, veintiséis presas políticas se fugaron de la cárcel del Buen Pastor adónde habían sido confinadas durante la gestión del brigadier Raúl Lacabanne pese a que, formalmente, la prisión había sido clausurada en 1970.
Durante la dictadura, los muros de la cárcel que habían administrado legalmente las hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor de Angers, oficiaron de centro clandestino de detención.
El siglo XXI encontró en estado de abandono el edificio construido entre 1897 y 1906 por el arquitecto José Montblanch. En 2002 la Provincia de Córdoba anunció la aprobación de un proyecto de puesta en valor para los 10 mil metros cuadrados del solar.
Poco después, en 2005 y con la demolición de la cárcel, se inició la remodelación y puesta en valor de todo el complejo que demandó una inversión de 5 millones de dólares.
La galería comercial que se inauguró el 4 de agosto de 2007, con 6.400 metros cuadrados. Incluye un centro de exposiciones, sala de eventos, fuente de aguas danzantes, espacio de encuentro y recreación, restaurantes, bares, tiendas y reservados para los comerciantes minoristas de vinos, cuero y artesanías.
Con el tiempo y el uso se sumaron las estatuas de dos personajes fuertemente ligados a la identidad cordobesa; uno de ellos trágicamente desaparecido en plena juventud, Rodrigo Bueno, “El Potro” y el otro, Carlos “La Mona” Jiménez, una leyenda viva.
La capilla neogótica fue restaurada para rescatar su planta en cruz griega y las pinturas murales, el atrio y las galerías circundantes.
El edificio responde a la tipología de cruz griega porque cuenta con cuatro alas iguales, con centro en la cúpula media naranja, bajo la cual se encuentra el altar principal del templo.
En diciembre del año pasado la sala de arte del Buen Pastor estrenó una renovación que la afianza como lugar de exhibición entre un conjunto cercano de instituciones oficiales que integran la denominada Media Legua de Oro, entre las que se cuentan el Palacio Ferreyra, el Museo Caraffa, el Museo Palacio Dionisi y el Museo de Ciencias Naturales.
El éxito del paseo reside en que la ciudad lo incorporó a su paisaje. Estrena apenas 15 jóvenes años, pero forma parte indisoluble de un barrio que, desde la apertura de ese espacio, ha ofrecido lo mejor de sí a los habitantes de la capital y a los visitantes.
Siempre bullicioso, escenario de toda clase de festejos, cotidianamente la gente puede disfrutar en el Buen Pastor de conciertos, muestras de pinturas, esculturas y fotografías, espectáculos de danzas, presentaciones de libros, obras de teatro y shows de títeres.
Aguas danzantes, conciertos y muestras de artes visuales atraen a los visitantes.