Café Tortoni, un clásico que no admite franquicias: "No se puede replicar la mística"
Estar en Buenos Aires y no visitar el Café Tortoni es un crimen, casi como no visitar el Teatro Colón o la Casa Rosada.
Es el café más antiguo de Buenos Aires y el más emblemático. Por su historia, su arquitectura y por las personalidades que forjaron su mística.
Ivana Ferrucci de Entretenimientos Córdoba dialogó con Nicolás Prado, gerente del lugar y contó detalles de esta joya de la cultura porteña.
Ivana Ferrucci: Contame brevemente la historia del Tortoni
Nicolás Prado: El Café Tortoni abrió sus puertas en 1858 y nunca cerró y nunca se reformó.
Ivana Ferrucci: Realmente es impresionante su arquitectura
Nicolás Prado: Sí, y da muchísimo trabajo la conservación porque hay cuestiones vinculadas al mantenimiento que requieren mano de obra de oficios que ya no existen o que es muy difícil encontrar, tales como yeseros por ejemplo para reparar las columnas.El área de Patrimonio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires nos ayuda.
El primer dueño del Café Tortoni se llamó Jean Touan era un francés que migró en la migración vasco-francesa y le puso Tortoni en homenaje a un café parisino que se llamó Tortoni porque su dueño se llamaba Tortoni. Ningún dueño del Café Tortoni de Buenos Aires se llamó Tortoni. Después de Touan vino Celestino Curutchet que era el yerno de Touan y es el que le da la impronta de café cultural al Tortoni. Le da espacio a los artistas. Después hubo cuatro dueños más que no fueron muy significativos para la historia del Tortoni. Roberto Fanego 1964 fue luego su dueño y es la persona que a través de la Guía Peuser, llama a todos los Curutchet para ver si tenía una foto del Tortoni antiguo para poder crear la historia del café.
Ivana Ferrucci: ¿Siempre estuvo en el mismo lugar el Tortoni?
Nicolás Prado: Primero estuvo en Esmeralda y Rivadavia y luego con ensache de Avenida de Mayo abrió sus puertas hacia esa avenida.
La primera mesa sobre calle Rivadavia era la mesa de Gardel. El 26 de octubre de 1894, unos tres meses después de que se abriera la Avenida de Mayo, se inauguró una entrada para el Café que además, fue el primero de los locales porteños en instalar mesas y sillas en la vereda.
Ivana Ferrucci: Y todos pasaron por el Tortoni
Nicolás Prado: Sí, desde Gardel, Borges, Alfonsina Storni, Quinquela Martín que inaugura la peña.
Y los políticos todos pasan por acá.
Todo lo que está en las paredes son obras de arte donadas y tenemos otras tantas guardadas en un depósito.
Ivana Ferrucci: ¿Pensaron en un Tortoni 2?
Nicolás Prado: Se pensó en una franquicia, pero después vimos que la gente viene al Tortoni por su relevancia, su historia, porque aquí pasaron muchas historias y mucha gente y eso es difícil de replicar.