El sábado por la noche se vivió una nueva edición de La Fiesta del Violinero  en La Sala del Rey. Y Entretenimientos Córdoba estuvo presente.

Con un clima soñado toda la magia arrancó a las 23hs cuando subió al escenario La Desafinada, una banda increíble. La voz de Leonardo Ledesma tiene una potencia arrolladora y además puede sumarle en los momentos más eufóricos de los temas, la interpretación. Realmente para quienes no conocían La Desafinada, una sorpresa que se lleva un diez.

Luego pasaron Suyai con toda la familia en el escenario. Sorprende ver a tantos niños músicos, llenos de talento, tocando varios instrumentos y con un comportamiento profesional como si estuvieran en el escenario mayor de Cosquín.

Más tarde fue el turno de Mixtura Ancestral, con más guitarra eléctrica. Disruptivos y talentosos. Mucho manejo de público y exclentes temas interpretados.

Una mención especial para el locutor Sergio Castro que manejó todos los tiempos muertos entre el armado y desarmado de las bandas que iban pasando con una solvencia espectacular. Además llenaba el tiempo con datos, con información. Un conocedor de todo el ambiente y eso fue valorado por el público porque encontró en Castro un par.

El momento de Garnica se iba acercando pero había que impregnar de más clima a la noche, que a esa altura era una peña multitudinaria, con muchísimos jóvenes bailando folklore. Y no tirando pasos sino marcando coreografías.

Un dato no menor, es que todo el público asistió con su pañuelo.

Los Duarte llenaro de excelente música la recta final antes del ingreso de Néstor Garnica. Una maravilla todo lo que hicieron . Y por supuesto el ingreso de Roberto Carabajal, que con su presencia y su guitarra sacó a relucir años de oficio. Impecable.
La arenga al público, los temas que interpretaron, la presencia escénica y por supuesto la profesionalidad de esos artistas con mayúsculas.

La hora del violinero se iba acercando y ya se divisba a Lucía Luque en medio de la gente. Lucía Luque es la concertino de la Orquesta Sinfónica de Córdoba, pero también es la dupla perfecta para Garnica.

Mishky subió al escenario y también con una impronta de nuevo folklore, se lucieron en escena. Gente joven, talentosa y profesional.

Finalmente fue el turno de Néstor Garnica que literalmente la rompió. Un grande, un músico que tiene fuego en su digitación porque le saca chispas a ese violín..

La banda que lo acompaña no le va en saga. Todos excelentes profesionales.

Garnica sabe que su arte es impecable pero cuando suma a Lucía Luque y a Hernán Nieto, convierte a todo en algo extraordinario.

Un diez para una noche soñada.